El cinco y el seis: 56!

El próximo domingo, día 30 de Junio, voy a cumplir 56 años.

Cumplir años me encanta por muchos motivos. Probablemente el principal de ellos sería que la peor noticia, evidentemente, es no cumplirlos. Pero no solo me gusta cumplir años porque signifique que sigo vivo; no. Me gusta porque significa que «estoy» vivo; que no es lo mismo.

Estoy vivo porque mi trabajo le da sentido a mi vida. Nada me hace más feliz que ayudar a los demás (bueno, navegar me encanta!) y tengo la enorme fortuna de poder escribir aquí, en mi blog,  que mi trabajo solo tiene ese objetivo. Yo me dedico a esto, porque lo he podido elegir libremente! Me rodeo a diario de personas en y con dificultades de todo tipo; pero me rodeo también de organizaciones maravillosas y demasiadas veces silenciosas, que luchan por ayudarles. Mi trabajo no admite algo tan simple como que yo «siga vivo». Mi trabajo me obliga y me exige «estar vivo». Y es un regalo de Dios!

Estoy vivo porque me rodea una gente fantástica. No hay semana en la que no descubra (descubrir no es conocer) una persona que despierte mi admiración y que me emocione. Cuesta no enamorarse de tanta belleza y de tanta bondad. A veces, no se consigue; me refiero a no enamorarse! Corazón rebelde que cuesta domar!

Estoy vivo también porque mi familia aquí sigue; tras tantas batallas, tantas heridas tristes y tantas  buenas hazañas también. Pero mi familia también son todas las personas que amo en el mundo: Brasil, Filipinas, India, Burkina, Senegal, Níger, Marruecos, Mali, El Salvador, Colombia, Perú, Bolivia, Paraguay, Canadá, Francia, Italia, Holanda, Bélgica… Me doy cuenta de que realmente soy habitante del país de donde existe la gente que amo. Y no me preocupan los idiomas, las fronteras, las banderas, ni los himnos. Mi casa es el mundo y todas las demás valoraciones que no tengan esta amplitud, las promueven personas interesadas, que nada tienen que ver con la gente buena del día a día. Con los anónimos activos. Con el pueblo silencioso. Con la gente que habita el mundo real. Un mundo sin banderas es mi sueño y quisiera vivir otros 56 años para influir en eso. Y luego otros 1.000 por ejemplo. La causa lo merece. Las personas estamos por encima de nuestros dirigentes.

Estoy vivo porque amo. Y mis sentimientos son el oxígeno de mi alma. Ya me importa poco la prensa, el día a día y la miseria de las pantallas de televisión. Amo a las personas y ellas, vosotros y vosotras, me dais la vida y mi fortaleza. Me encanta la humanidad.

Soy un enamorado de la vida. Procuro no quejarme nunca y ver de todos lo mejor. Lo menos bueno no es de mi incumbencia. Me nutro de la bondad ajena, y quien diga que no existe, es porque no sabe buscarla; luego no sabe encontrarla. Mi alma son las personas, como tú que lees esto. Ahora. En este mismo momento. Este «aquí» nos ha unido. Y ya nunca nada romperá este vínculo. Puedes olvidar este texto; normal! Pero ahora estamos juntos. Las personas somos fantásticas y cuando uno encuentra el camino para unirse a los demás y respetarlos como son, entonces ha dado su paso supremo, y ha hallado su propia esencia. Todo se resume en una palabra: amor.

Voy a cumplir 56 estupendos años rodeado de gente tan maravillosa como tú. ¿No soy acaso un afortunado?

Sí!

Salud!

Motos, rivales, amigos, personas…..

Hace varios meses que no escribo nada en mi blog. He estado bastante ocupado, especialmente acabando mi segundo libro, que ya está listo para que otros que saben más que yo, lo corrijan y le den su visto bueno. Ahí andamos, como dicen mis amigos bolivianos.

Pero una buena noticia, llena de cariño, solidaridad, compromiso y caballeroso honor, me ha bastado para decidir que ha llegado el momento de volver a escribir en Sepositivo.com

Quienes me conocen bien, saben de mi afición por el motociclismo. Las motos, la velocidad, y la emoción de las carreras, hacen que yo sea de esos tipos que se levantan a las tres de la mañana para ver en directo el Gran Premio de Japón; o que se acuestan a las tantas, viendo el de EEUU. Y por descontado sigo las carreras europeas. Las motos y los pilotos consiguen ponerme de pie en la sala de mi casa, en bata, en pijama, café en mano,  siguiendo las carreras como si yo mismo estuviera pilotando. Las motos me llenan de emoción.

Pero esta buena noticia, que puedes leer si pinchas aquí, me ha emocionado más que todas las carreras juntas, porque es de las que le da auténtico valor al deporte y a la competición. Sito Pons ha iniciado una campaña para proteger y cuidar a su otrora rival sobre el asfalto, Joan Garriga. Y lo está consiguiendo.

Esta noticia es la demostración del auténtico valor de las personas. Para dar pasos como este, uno debe ser más atrevido y audaz que para adelantar a tus rivales a más de trescientos kilómetros por hora. Uno debe ser un auténtico valiente.

Como me dedico profesionalmente a temas de desarrollo social, me he movido por mi cuenta para poner mi Consultoría a disposición del proyecto que Pons (y ahora ya un montón de personas más) está poniendo en marcha.

Y no me escondo cuando digo alto y claro que me siento bien entre personas auténticas y fieles a sí mismas. Los valores nos hacen imperecederos. Las personas somos increíbles y estamos llenas de bondad!

Salud!