LAS OPORTUNIDADES Y LAS MICROFINANZAS

Escribir sobre microcréditos es siempre un reto. La propia palabra desconcierta al lector, porque hay personas que imaginan, por ejemplo, que un microcrédito es un préstamo para financiar una pequeña actividad productiva en un país muy pobre (normalmente promovida por una mujer), y simultáneamente hay quien cree también, por poner un ejemplo, que un microcrédito es una financiación de bajo importe para, por ejemplo, un joven emprendedor europeo. Ambos tienen razón.

El público no especializado cree que un microcrédito es lo mismo que un “minicrédito”. Es decir, un préstamo de “poca cantidad” (si es que hay alguien capaz de explicar qué es poco y qué es mucho en términos de magnitudes económicas o simplemente en términos de dinero). Pero no, un microcrédito es mucho más que todo eso.

Casi todas las vulnerabilidades de los hombres y de las mujeres se podrían resumir en una: la falta de oportunidades. Así, una persona pobre puede dejar de serlo si tiene una oportunidad. Un emprendedor puede ver materializada su idea si tiene una oportunidad. Un toxicómano puede curarse si tiene una oportunidad. Y un ex presidiario puede reinsertarse, si también tiene una oportunidad. Su oportunidad. Por eso decimos que la mejora del desarrollo humano, la inserción y la iniciativa dependen de muchos factores, pero un denominador común de todos ellos es que exista la oportunidad, que no es una garantía de éxito por sí misma, por supuesto, pero que sin ella, podemos asegurar el fracaso de la persona. Echemos un vistazo al mundo; las peores situaciones humanas se dan en lugares y entornos sin oportunidades.

Pero un microcrédito no es un fin en sí mismo. Para dar créditos ya tenemos bancos y entidades financieras que llevan en su ADN precisamente eso: captar recursos de unos (depósitos) para prestar a otros (préstamos). El dinero, poco o mucho, no es una oportunidad por sí mismo. Ni en sí mismo. Es más, en la mayoría de las ocasiones es una temible amenaza. O al menos eso deberíamos haber aprendido a lo largo de los últimos años de crisis.

Entonces, si esto es así, ¿qué tiene que ver un pequeño crédito con la generación de oportunidades? Pues algo muy importante, puesto que un microcrédito, si está bien diseñado, nace cargado de valores; y nace (insistimos en que hace falta que esté bien diseñado) enmarcado en un programa que acompaña a las personas en su desarrollo; que contribuye en su inserción (cuando haya caso de exclusión), que las ayude a desarrollarse, que las forme, que las siga, que no las abandone y que, además, las financie. Un programa así, es una oportunidad. La formación de las personas, el acompañamiento para que no emprendan solas y su microfinanciación (solo cuando sea necesaria) son las herramientas que utiliza esta oportunidad.

Visto así, todo cambia. Es decir, el concepto micro no solo significa ‘pequeño’, en el sentido más etimológico del término. Quiere decir que los que utilizamos la herramienta microcrediticia en nuestro trabajo cotidiano, en nuestros programas, estamos desarrollando una “cultura micro”. Es decir, cerca de las personas. Una “forma de hacer” diseñada para y por las personas, atendiendo a sus necesidades, con una fuerte carga empática. En esta cultura, en esta “forma de hacer”, debemos ser además muy flexibles e imaginativos, muy tolerantes al cambio ante los revuelos que da la vida de nuestros clientes y beneficiarios. El centro de todos los programas de desarrollo son las personas: el programa es la oportunidad y el microcrédito su herramienta. O una de ellas.

Por este motivo, si nos interesan las personas, su empoderamiento, su dignidad y su futuro, diseñemos programas para ello, y prestemos dinero solo en aquellos casos en que la microfinanciación forma parte de la solución global del programa hacia y para la persona. Solo así pondremos el dinero al servicio de las personas, porque si simplemente somos “prestadores de fondos”, ponemos a las personas al servicio del dinero. Esto no tiene por qué ser malo en sí mismo, pero ya lo hace la banca. Digamos que no tiene más secreto que saber prestar bien.

Vivimos momentos caracterizados por la falta de oportunidades. Pero siempre hemos sabido superar las dificultades trabajando duro. Desde el sector microfinanciero, deberíamos ser capaces de convencer a la clase política, las administraciones, la gran banca, las organizaciones empresariales y de promoción de empleo, los sindicatos, de sensibilizar a la sociedad civil y política, para que creyera en los modelos de cooperación entre los diferentes agentes sociales. Y que los promovieran y apoyaran, junto con las entidades sociales del tercer sector, la empresa privada, los programas de voluntariado y las organizaciones que se dedican a la formación de emprendedores. Desde MACS Consultoría Social hace años que trabajamos y promovemos la línea de la creación de redes activas, comprometidas, llenas de complicidades y predisposición colaborativa.

Y estas redes deben ser el entramado de un solo objetivo final: generar empleo e insertar a los que más lo necesitan. Estos son nuestros problemas reales hoy. Y se solucionan generando oportunidades.

Así, todas estas entidades pueden aportar a los programas lo mejor que tienen dentro de sí: su experiencia, su conocimiento, su ilusión, su misión. Y juntas, utilizar la formación, el acompañamiento y la microfinanciación como herramientas de éxito, pero sobre todo como herramientas generadoras de oportunidades.

El Programa Oportunidades, de MACS, no quiere ser nada más que un elemento generador de estas oportunidades, trabajando en red con todos aquellos actores sociales que se quieran sumar. No es un proyecto, es una realidad ya creada. Todo el que quiera está invitado a conocerlo en profundidad.

El microcrédito es una herramienta vital para el desarrollo; como lo es también para la mujer del país pobre que mencionábamos al inicio de este artículo, solo que adaptado a nuestro entorno. Se debe ser optimista sin ser ingenuo. Se puede creer de nuevo en los valores de las personas, sin ser acusado de inocente.

Démonos oportunidades. Y utilicemos las herramientas que siempre hemos sabido utilizar. Pero hagámoslo juntos.

De bodas y cumpleaños.

Bueno: he debido esperar una semana para que las emociones derivadas de la boda Pol y de mi hija Bea,  se calmaran un poco y pudiera escribir con el sosiego que esta entrada merece, porque quiero compartir en el blog varias cosas buenas y bonitas.

La primera de ellas, es que en medio de este marasmo que nos está tocando vivir, entre tanta cara larga, tantos mediocres mandando y tantos deprimidos obedeciendo, tanto pesimismo generalizado y tanta falta de entereza y optimismo, una pareja se toma de la mano, sonríe, se declara su amor en público y se comprometen a respetarse durante toda la vida. La palabra clave de este párrafo es compromiso. Y Bea y Pol se han comprometido ante todos los que les queremos, que por cierto, somos muchos. Ya en la Iglesia, cuando me tocó leer, pedí un aplauso de reconocimiento a ese compromiso y el valor que lleva implícito. Y la ermita se llenó de un sincero y emocionante aplauso!

La segunda es una referencia a la fraternidad. Mi otra hija, Claudia, se implicó en esta boda como si fuera la suya. Se ha desvivido para que las cosas salieran bien. Ha ayudado a su hermana en todo lo que le ha sido posible y ha puesto toda la carne en el asador. Nada hay más bonito que dos hermanos que se quieren. Y yo puedo escribir con orgullo y felicidad que Claudia se merece este párrafo de reconocimiento; y alguno más!

La tercera es un comentario acerca de la amistad y las personas buenas que nos acompañaron el día 30 de Junio. Con familia y amigos, pudimos crear un clima de complicidad y relajo que hizo que el ambiente fuera feliz y optimista. Bea y Pol recibieron un montón de cariño y buenas vibraciones, porque los invitados fueron excelentes sin excepción. La amistad y el cariño desbordaron la reunión. Y se creó un ambiente de esos que curan, porque te llenan el alma. La reunión fue también un homenaje a la amistad y al cariño de la familia. No hay palabras para agradecerlo, ni literatura suficiente para describirlo bien.

Aunque la mujer que con seguridad fue más feliz ese día, fue Marga, quien vio recompensado su esfuerzo de meses para que todo saliera como se había pensado. Un besazo Marga, más que merecido, desde este blog!

Y para acabar; ese 30 de junio, era mi cumpleaños! 55 años con el mejor regalo que un padre puede recibir. Tuve mi mini pastelito en los postres. Pero eso es lo de menos. Fue el mejor cumpleaños de mis últimos 55, que yo recuerde!

La vida es un regalo que no podemos desperdiciar. Mañana será mejor que hoy y es fantástico pensar que la plenitud nunca llega. Siempre queda recorrido para ser feliz!…. Y optimista!!

Salud!

Abrazos.

Hola otra vez!

Cuánto tiempo hace que no abrazas a alguien? Abrazar es abrazar. ABRAZAR!

Abrazar es acoger en tu seno; es unir los corazones; sentir un solo cuerpo; un solo latido; la proximidad del otro; emocionarse con él; llorar juntos; carcajearse juntos; dejar la mente en blanco, porque yo soy tu y tu eres yo.

Por qué será que tanto nos reconforta el abrazo? Darlo? Recibirlo? Qué más da? Qué tendrá de bonito y especial este deseo de estar tan cerca? Tal vez sea mostrar físicamente lo que sentimos, o hacer evidente lo que, en ocasiones, las palabras no pueden llegar a explicar. Tal vez sea que todavía somos tan rudimentarios, que necesitamos de nuestro cuerpo para explicar lo que queremos decir.

Pero sea lo que sea, te propongo uno de esos experimentos típicos de mi blog:

1) Mira el vídeo y sonríe.
2) Piensa en alguien al que quieras abrazar. Es igual quién es y si es muy lógico o no que, de repente, le des un intenso, cariñoso y bonito abrazo.
3) Hazlo! Le harás feliz y lo serás tú también.

Es la magia del abrazo!

Salud!

Imagine…(no limits!)

Ya hubo recientemente una entrada con vídeo musical acompañado. Y espero que sirviera para que algunos músculos se activaran y algunas mentes viajaran en el tiempo, hacia atrás, para renacer más felices hoy.
Ahora, tal vez más que nunca, recordar Imagine es a buen seguro otro sanísimo ejercicio mental. El mundo se mueve gracias a los sueños y a los soñadores. Años y años después de la desaparición de Lennon, la letra de Imagine sigue siendo actual y muy necesaria para nuestro espíritu. Conviene fijarse en cada frase y entender que uno debe imaginarse un mundo en paz y armonía. La paz de las personas y la armonía de los pueblos. Lo demás es artificial y, sobre todo, muy negativo. No nos interesa lo más mínimo. Pero las personas y sus valores sí nos interesan. Y mucho.
La Playing for Change Foundation ha editado algunos de estos vídeos donde aparecen músicos de todo el planeta. Yo no se si será verdad o no; tampoco me preocupa, porque no es lo importante. Pero esta supuesta globalización de personas le va que ni pintada a Imagine! Vale la pena interesarse por esa Fundación, porque tiene tras de sí, nada más y nada menos, que personas soñadoras.
O sea: un regalo!
Espero que disfrutéis de Lennon e imaginéis sin limitaciones. Que es como se debe imaginar.
Salud!

We love you…

Mi amiga Pepa, me envía este vídeo desde Valladolid.

Por lo visto, circula por la red, pero yo no lo había visto. Y es una prueba más acerca de que las personas no tenemos fronteras y sí tenemos grandes sentimientos. Cuántos israelíes e iraníes pensarán lo mismo que aquí se dice?

Os respondo: la inmensa mayoría!

Se positivo, respétate y decide por tí mismo; como el protagonista del vídeo. Si te parece bien, difúndelo… vale la pena porque las personas somos como aquí se muestra. Tu no…?

Salud!

«Optimistas corregibles»

Najat El Hachmi es una escritora que colabora asiduamente con El Periódico. La leo habitualmente y suelo coincidir con ella, con sus opiniones, y con su visión general de las cosas. Me gusta.

Pero en el Dominical de esta semana, día 1 de Abril, publica un artículo titulado «Optimistas corregibles», sobre el que me gustaría hacer algún comentario en este blog, porque creo que tomó la pluma en un mal momento y perdió la claridad con la que suele plantear sus puntos de vista (lo que más me gustaría realmente sería poder linkarlo, pero el Periódico tiene todavía bastante por hacer en materia de redes sociales y, por ejemplo, en su web es imposible encontrar el Dominical de hoy. Simplemente no existe. Si en el buscador escribes en nombre «Dominical», no encuentra nada. Y si escribes el de la autora, te muestra sus artículos anteriores de prensa, pero no los del Dominical. Por último, escribiendo título del artículo de hoy, tampoco halla nada…Por este motivo me veo obligado a hacer un breve resumen, cuando lo mejor sería que cada uno lo pudiera leer directamente y opinar en libre consecuencia. Pero de momento, es imposible!…).

Dice Najat que, ante «el panorama deprimente» actual, hay dos tipos de «extremistas que a mí me ponen especialmente nerviosa»:

Por un lado, están los «catastrofistas» y por el otro los «optimistas estúpidos». Y dentro de este grupo «estúpido», existe un subgrupo peor: «los que se amparan en la desgracia ajena para sentirse mejor».

Del primero (catastrofistas) no voy a hacer mención alguna. Coincido con ella al cien por cien.

Pero de los «optimistas estúpidos» quiero matizar alguna opinión:

1) Como norma, entre personas, sobra lo de «estúpidos». Me refiero entre gente normal y civilizada, claro. Puedo entender que haya opiniones que «pongan nerviosa» a la autora. Pero insultando a quienes las tienen, poco avanza, y su propia opinión pierde todo valor. Lo realmente destructivo es dejarse llevar por el clima de crispación que los propios medios favorecen. Y no solo es destructivo para el lector. Indica el grado de inestabilidad emocional de quien insulta.

2) Dicho esto, las personas que afirman que «estamos en el mejor momento posible», realmente han perdido el norte y el sentido de la realidad. Totalmente de acuerdo con la autora. Otra cosa es que la crisis sea una oportunidad para algunos. Pero esta época no es ni de lejos un buen momento para prácticamente nadie. Negarlo es darle la espalda a los hechos objetivos y ser poco sensible con el sufrimiento ajeno que esta situación provoca en muchos. Ahora bien, quien niega la realidad no es un optimista. Es alguien que ha perdido precisamente eso; el sentido de la realidad, pero esta circunstancia nada tiene que ver con ser o no ser optimista. Por qué mezcla la autora una cosa y la otra?. El optimista es aquel que, en contra de un entorno adverso, cree en sí mismo y en la capacidad de las personas. Y lucha. Y trabaja. Y no desfallece. Trata de ser positivo, no insulta a los que no piensan como él, e intenta vivir con una sonrisa, siempre que sea posible.

Nada que ver con negar la realidad! Incomprensible confusión.

3) Y en cuanto al subgrupo de «los que se amparan en el sufrimiento ajeno para no sentirse tan mal», éstos han existido siempre. Con crisis y sin ella. Pero también, con crisis o sin ella, hay que decir que no perder la información de lo que pasa en este pequeño mundo, y en el resto de tu diminuta ciudad, es bueno por varios motivos. Tal vez el más importante es que resulta muy útil para tomar referencias en tu propia escala de valores. Y gracias a esta referencia uno puede de forma automática modular su «escala de angustia», incluso de sufrimiento. Pero no es un argumento; es un acto libre e íntimo. Te afecta o no. Te interesa o no.

Sin embargo, y de nuevo, la autora hace una referencia que nada tiene que ver con optimistas o pesimistas. Ni con estúpidos! Qué tendrá que ver que te afecten o no los problemas ajenos, con ser o no ser optimista?

Querida Najat, cuando escribiste estas líneas no tenías tu mejor día. Ojalá se den las circunstancias para que tu crispación baje y surja la estupenda escritora que tu eres. Pero mientras, no insultes a los que tenemos una visión positiva de la vida y de la condición humana. Déjanos seguir luchando para que las cosas, en general, sean mejores. No pongas palos en las ruedas de los que no desfallecemos.

Yo no tengo una columna en un periódico. Ni escribo en un dominical. Soy un simple y anónimo lector que trabaja por lo que cree y que piensa que nuestro momento requiere infinitamente más de personas positivas y luchadoras que de personas alteradas y negativas. Y más si confunden peras con manzanas!

Salud!

Cuando una madre dice…..

…que no parará hasta lograr el remedio para la rara enfermedad de su hijo, seguro que lo hará.

Pero si además, esta madre es una persona llena de valores, valiente, luchadora, positiva y optimista, entonces el afortunado no es solo su hijo Nacho; lo somos todos. El resto de su familia, sus vecinos, sus amigos, tu, yo…las personas llamadas «reales».

Esta mujer me ha inspirado una enorme fuerza. La fuerza que todos llevamos dentro y que, en demasiadas ocasiones, el propio sistema se encarga de anestesiar. Ánimo! Con una persona así entre nosotros, entristecerse y desanimarse es una auténtica ofensa a nuestra enorme voluntad y a la capacidad de lucha del ser humano. Y un insulto a su hijo Nacho. Trabajar por nuestra felicidad y la del resto de personas que tenemos alrededor no es una obligación; es nuestro instinto. Nuestra esencia. Las personas positivas no renunciamos a esta esencia. Al contrario: la reforzamos, y Eva, esta Eva, me ha recordado, en este fantástico domingo primaveral, que todos somos especiales y que la vida es una maravilla que debe vivirse sin más limitaciones que las de nuestras convicciones.

Pincha el enlace de una mujer valiente. Y pregúntate acerca de todo aquello positivo por lo que puedes luchar como  hace Eva.

Salud!

Sencillo y bonito.

Mi amiga Olga ha publicado en Facebook este vídeo que, de nuevo, y hablando de libros en zonas del mundo donde no los hay, nos induce a dos reflexiones muy positivas.
La primera es cuán importantes son los libros, especialmente para las niñas y los niños más desfavorecidos; y la fortuna que tenemos los que disfrutamos de esos libros, sin restricciones de ningún tipo, para nuestros pequeños. No sé si siempre les damos el inmenso valor que tienen.
La segunda, vuelve a ser esta admiración que siento por las personas que creen en lo que hacen y que son perseverantes y sencillas. Se trata de que los chavales abran las puertas de su imaginación y de su mente a través de la lectura. Y un grupo de personas comprometidas y trabajadoras, simplemente lo facilitan. Probablemente a cambio de nada o casi nada. Por puro convencimiento. Por puro respeto a ellas mismas y a sus creencias. Y por la infancia de su país.

Esta actitud deriva en lo que estas personas hacen. Y lo que hacen es un tesoro que tiene dos cualidades de valor incalculable: Es un tesoro muy sencillo y es un tesoro muy muy muy bonito!

Salud!

El perdón que libera.

Dije en la entrada de bienvenida al blog, que era mejor no hablar «de política». Y lo dije porque creo que hemos perdido el «sentido político» de nuestras vidas, convirtiendo el trajín cotidiano de las noticias políticas, en auténtico desánimo, cuando no en cólera. Exactamente lo contrario que persigue este blog!

Por eso, a pesar de que esta entrada se enmarca dentro de la política española, yo me quiero centrar solo en la parte positiva de su contenido: el valor liberador del perdón. Y desde luego, no tiene nada de opinión política.

Aparece en un diario que leo en Barcelona. Como que este medio es de los pocos que aún hace pagar para leer sus noticias en la red, no puedo publicar su link. Pero sí me puedo referir a él sin dar ningún nombre.

La noticia se enmarca en el País Vasco y se refiere a la postura reconciliadora y de perdón por parte de cuatro personas diferentes, todas ellas, víctimas del terror que durante años se vivió en esa Comunidad. La primera de ellas, hijo de un concejal asesinado, dice textualmente: «Empecé a vivir de nuevo el día que dejé de odiar». La segunda, viuda de un asesinado, afirma: «El odio no me lo devolverá». El tercero, herido en un atentando, dice: «No tengo ni odio ni rencor, no me sirve». Esta persona se entrevistó con quienes quisieron matarle, en la cárcel, y se creyó su arrepentimiento. Por último, una víctima del atentado de Hipercor, en Barcelona, recibió una carta de uno de los causantes de aquella masacre, encarcelado, donde le reconocía el daño causado. Él afirma ahora: «El día que tenga que ir a la cárcel a verlo, iré. No tengo ningún problema».

Más allá de la política, me interesa la condición humana y nuestra forma de ser. Curiosamente ninguna de estas cuatro personas pertenece a ningún movimiento oficial de víctimas; ni hacen ruido; ni alardean; y han tenido el pudor de manejar su dolor desde la intimidad, sin dejarse manipular por nadie. Ahora no. Ahora se trata de perdonar, y dan la cara y se dejan entrevistar. Hacen público el perdón, el fin del odio y la apuesta por la reconciliación. Me admira su valor y su entereza. Y me esperanza que las personas normales, los de a pie, los anónimos, digan cosas tan bonitas y esenciales como «aceptaría el perdón de los que mataron a mi padre».

Es como para reflexionar. A cuantos seguimos siendo positivos y creyendo en las personas, esta noticia no puede más que hacernos felices y reforzar nuestra apuesta por la condición humana. Estas cuatro personas me han dado mi lección de hoy.

Salud!