Amor de Madre

Finalmente, tu felicidad no es otra que la que tu madre hubiera querido para ti. O quiere para ti.

No les des más vueltas. La pregunta (la difícil pregunta) es: mamá, qué hago? Hay que ser muy valiente para ser la persona feliz que mamá soñó que tu fueras. Hay que ser sencillo. Sincero. Transparente. Amable. Comprensivo. Buen amigo y buen amante. Optimista. Moderado. Leal… qué mas?

Si tienes un hijo, sabes de lo que te hablo.

Si tienes una madre, también.

O sea: sencillamente, hazlo. Vive con el amor que tu madre hubiera deseado que vivieras.

El resto, está bien: pero son adornos.

 

Preferir las bombas.

Ya ha anochecido. Lejos de estar en silencio, el campo de refugiados de Eleonas es ahora un ruidoso bullicio de niños gritando, correteando y jugando, mientras que los adultos aprovechan esta hora menos abrasadora para pasear sin rumbo, o visitar a algunos amigos dentro del campo. Durante el día, hemos sobrepasado con creces los cuarenta grados.

Tras el reparto de las cenas, el cierre horario del contenedor que suministra ropa, y otras actividades, el trabajo de los voluntarios toca a su fin por hoy. Y poco a poco, vamos abandonando el campo; cada día la misma sensación de corazón encogido. De impotencia ante tanta injusticia. De enfado por un sistema que trata a estas personas como culpables de su propia desgracia.

El campo está situado en una calle sin edificaciones, ancha y sucia, bastante alejada del centro de Atenas. Junto a Eleonas 2, que es “nuestro campo”, se halla Eleonas 1”, gobernado por los militares y donde nosotros no podemos entrar. Ambos ocupan una extensísima superficie. Por lo demás, cuatro o cinco naves industriales, muy separadas entre sí, delimitan la polvorienta avenida. A esta hora, prácticamente no hay luz.

Hoy hemos coincidido cuatro voluntarios en el momento de salir del campo, y caminamos pausadamente, cansados, hacia la parada de metro que nos llevará de nuevo al centro. Sobre el asfalto destacan, en más ocasiones de las que quisiéramos ver, algunas ratas aplastadas por los vehículos que durante el día por aquí circulan. Camiones, en su mayoría. El lugar es tétrico, abandonado e inmensamente triste.

De pronto, descubrimos que en un lateral de la avenida, repleto de plantas, existe una especie de entrada cuadrada; como un micro patio al aire libre, que no debe tener más de cuatro o cinco metros por lado. Y lo peor es que lo descubrimos habitado: dos tiendas de campaña, que no miden más que cuatro metros cuadrados cada una, “acogen” a dos familias en unas condiciones más que lamentables que el lector puede imaginar. Son siete adultos y cuatro niños. Estoy incluyendo a dos chicas que no deben tener más de 13 ò 14 años, como “adultas”. Todos en ocho metros cuadrados de tiendas.

Como si alguien nos hubiera presionado un botón cerebral, los cuatro nos ponemos manos a la obra, sin necesidad de hablarlo entre nosotros. Es una reacción automática. Nos metemos en las plantas e intentamos hablar con las familias y averiguar qué pasa. Por qué no están en uno de ambos campos.

Lejos de lo que parecía, el día no ha acabado, ni mucho menos. De hecho, nuestro trabajo vuelve a empezar.

Las familias son sirias del Kurdistán. Prácticamente no hablan inglés. Uno de los matrimonios tiene dos niñas muy pequeñas. Y salta a la vista que la madre, sorprendentemente joven, está embarazada. El otro matrimonio es el que tiene a las chicas más mayores. Y un joven solo, es el hermano de la mujer embarazada. Entablamos una conversación llena de signos, onomatopeyas y palabras sueltas en farsi, inglés, y español.

La calle es el lugar más peligroso para un refugiado. La intransigencia, el fascismo y el racismo han facilitado el nacimiento de un grupo griego de ultra derecha llamado Nuevo Amanecer que “patrulla” en motocicletas las calles de los campos. Mejor si no descubren a refugiado o inmigrante “solo”. Además, la suciedad, los camiones, y los delincuentes comunes (demasiado comunes en una Grecia donde son más que evidentes la crisis brutal, la pobreza extrema y la exclusión social), hacen de la situación de estas dos familias en la calle, un escenario de máximo peligro y enorme vulnerabilidad .

La historia es la de todos, pero no por este motivo pierde el drama que los voluntarios conocemos a diario. Se trata de otra injusticia que clama al cielo. Ellos eran gente pacífica y debieron huir de las bombas (las “nuestras”) y del ejército islámico. Allí lo perdieron todo y ya no tienen ahorros, ni casa ni trabajo. La muerte les pisa los talones desde hace meses, la misma muerte que acabó con sus familiares allí, y han acabado encontrando un patio insalubre donde instalar las tiendas. Tienen toda la documentación y nos la enseñan una y otra vez. Pero no pueden entrar en el campo. Oficialmente “no hay sitio”, aunque los voluntarios sabemos que sí: que lo hay. Lo que ignoramos es quién y con qué criterio decide estas entradas.

A modo de emergencia, los voluntarios nos repartimos cuatro o cinco tareas, y nos separamos cada uno a lo suyo. Al cabo de media hora, ambas familias tienen algunas raciones de comida y algunas prendas de ropa que “tomamos prestadas” del campo. Café. Bebidas de cacao. También galletas para los niños. Y ahora hablamos con más calma.

La mujer embarazada llora cuando nos explica que no puede ducharse desde hace días. A su marido se le humedecen los ojos cuando nos recuerda que son personas. Que los niños son solo niños. Que no saben lo que mañana les ocurrirá. Ni pasado mañana.

Por este motivo han tomado una decisión tremenda: volver a Siria.

“Preferimos morir bajo las bombas, en casa, que no en una cuneta de este país extraño, como perros. Tenemos dignidad y los niños no deben ver a sus padres así. Nos rendimos”.

Nos hemos despedido en pie, en el patio, ante sus pequeñas tiendas. Nos hemos abrazado mientras los niños observaban nuestros movimiento, con sus ojos como platos. Sin sonrisas. El marido de la mujer embarazada, me ha besado enérgicamente en ambas mejillas, fundidos en un abrazo. Y me ha jurado que si sobreviven, tengo un amigo fiel en Siria para toda la vida.

Me he echado a llorar.

Esta mañana, al regresar al campo como cada día, el patio estaba vacío.

 

 

 

 

 

 

 

La Contra y el Ego.

Hola a todos y a todas!

De nuevo vuelve a hacer demasiado tiempo que no escribo en mi blog. Y no será porque no escriba, la verdad. Acabo de entregar mi segundo libro en la editorial y allí se está cocinando su salida al mercado. Digamos que ahora ya casi nada depende de mí y que lo que yo debía hacer, hecho está. Me tomo unos días de desconecte, con la calma, porque el libro que he acabado me ha alterado en mucho las emociones.

Pero como estoy muy productivo, ya tengo en mente el guión del tercer libro. Me apetece muchísimo empezarlo y creo que tengo una bonita historia que contar. Voy a necesitar un par de manos más y, esta vez, voy a compartir la trama y, sobre todo, el desenlace con varias personas. Ellos y ellas aun no lo saben, pero van a ser coautores del siguiente, cuyo título aun no he decidido.

Pero ahora, en cuanto a la escritura, digamos que estoy de vacaciones.

El pasado 7 de Mayo apareció en La Contra de La Vanguardia la entrevista que Inma Sanchís me hizo unos días antes. La verdad es que hasta ahora, un mes exacto después, no he sido consciente del movimiento que una entrevista puede llegar a ocasionar ni de cómo podría llegar a afectarme personalmente. He recibido decenas de sms, wa, mails, entradas en mi web e incluso llamadas telefónicas directas.

Pero dejadme que lo explique como a mí me gusta, o sea, ordenadamente.

1) En primer lugar he recibido muchísimos contactos de personas variadas que pedían trabajo. La reflexión que se deriva es que vivimos en una sociedad desastrosa y desastrada, en manos de unos políticos que no hacen política. Desde luego no la hacen pensando en los más necesitados. Lo que está ocurriendo es una vergüenza que debería costarle a más de uno su cargo. Que una Contra genere tal petición de trabajo, es señal de que vivimos en una sociedad enferma. Y los políticos no hacen su trabajo. Mal por ellos. Muy mal; luego se quejan de nuestro desapego.

2) En segundo lugar he recibido un número muy importante de contactos relacionados con el mundo laboral. Unos me piden asesoramiento para ser voluntarios. Otros para emprender una acción social. Algunos buscan contactos y que les abra puertas. Los menos me quieren contratar para que les ayude a desarrollar planes sociales. Para que les asesore. Tres de ellos me han pedido diferentes trabajos de asesoramiento social, a cual más bonito. Todo un reto que me hace feliz. Estoy intentando satisfacer a todos.

3) En tercer lugar, existe un grupo de personas que atraviesan diferentes situaciones personales muy delicadas. Desde personas que en su día fueron huérfanas y no lo han superado, hasta personas que quieren que les haga un coach personal relacionado con la autoestima, o la seguridad en sí mismo, o para manejarse mejor dentro de su propia empresa. Estoy ya en marcha con tres de ellos, «pasando visita» una vez cada quince días aproximadamente. Es una satisfacción ver que les estoy ayudando. Alguno más y alguna más están dudosos; la verdad es que no se si dudan de mí o de ellos mismos. Pero no me preocupa. La vida fluye y hace que todo vaya ocurriendo con naturalidad.

4) En cuarto y último lugar, va la más importante reflexión acerca de La Contra. Un montón de gente me ha felicitado, otro montón me pide ayuda, otro trabajo y otro consejo. Todo esto es FATAL para mi ego. Debo recordar quien soy. De donde vengo. Cómo me he hecho a mí mismo y no caer en la soberbia  tentación de creerme alguien más que los demás. 

El mejor resumen que he hecho de esta entrevista es:

Contra La Contra, humildad!

Salud!

 

 

Imagen

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agradecimiento y felicidad.

He tenido la suerte de poder ver un breve vídeo que habla acerca de la felicidad del agradecimiento. Y me ha dado mucho en que pensar.

Por qué no haces la prueba del vídeo, y escribes en un folio todos los motivos por los que le estás agradecido a alguien en concreto? Tu madre, un amigo, una hermana, un profesor, un vecino….. Escribirlo es interiorizarlo y concretar, blanco sobre negro, una emoción. Y leerla en alta voz, es manifestar el agradecimiento. De ahí a la felicidad total, tan solo va una diminuta distancia.

Como prueba, mírate este vídeo y disfruta de la experiencia.

Gracias!

Salud!

Microcréditos en Catalunya.

Hola.

Si quieres saber lo que he escrito acerca de este tema, en la revista Cataluña Económica, pulsa aquí y búscame en la página 44!

Todo lo que podamos hacer entre todos, para generar oportunidades entre quienes menos las tienen, hará que este mundo sea mejor. Os animo a participar!

Salud!

 

Una propuesta 2014… y 15… y 16…..

Hola a todos y a todas. Hace muchos meses que no escribo ninguna entrada en el blog, y es que he estado dedicando todo mi tiempo (libre y creativo) al segundo libro que he escrito y que ya está a punto para ir a la editorial.

Pero hoy, existen tres motivos que me llevan a recuperar el blog y comprometerme a no abandonarlo de nuevo.

El primero es que hay quien se ha interesado por “Se positivo”. Quienes lo han hecho me han animado a que vuelva a escribir y que de nuevo le de contenido. A todos ellos les agradezco su ánimo y su empuje.

El segundo es que justo ayer estrenamos un nuevo año, y eso siempre es un motivo para hacer un alto en el camino, reflexionar un poco, valorar lo que hacemos, lo que no hacemos, y lo que nos rodea, para llenarnos de nuevas y renovadas intenciones.

Y el tercero es la imagen que ayer por la mañana pude ver en Barcelona y que inmediatamente paso a explicar.

Muy cerca de mi casa, como a dos calles, hay una mujer que vive permanentemente en un banco callejero. Está allí instalada, con un montón de bolsas y paquetes. Se pasa el invierno envuelta en una manta, con una bufanda doble que tan solo permite distinguir sus ojos. Desde hace tres años ya, la mujer malvive en la calle, donde los peligros acechan especialmente por la noche.

Ayer por la mañana me sorprendió cuando a primera hora vi a un hombre ya maduro que hablaba animadamente con ella. Parecía tratar de que la acompañara a algún lugar. De pronto ella se levantó, dobló cuidadosamente su manta y abandonó su banco lentamente, con su andar cansino, junto al hombre que le señalaba un bar cercano, único local abierto a las 9 de la mañana del día 1 de Enero. Les seguí; dónde iban?

Al llegar al bar, el hombre le abrió la puerta y ambos entraron. Yo también lo hice,  tras ellos. Ya en el local, pude verlos a ambos,  sentados en una mesa apartada. La señora miraba un menú y se pedía comida caliente que compensaría el frío del mes de Enero y la soledad de su estómago.

Me tomé un café y abandoné el bar.

Mi propuesta para este año es la siguiente: si cada lector como tu lo eres ahora, decide cuidar de una persona necesitada (una sola), este mundo será más amigable, más habitable, más amable y mucho mejor. Cada sonrisa de felicidad y agradecimiento de quien necesita amor y cariño (y tal vez también un plato de sopa caliente), es un paso para construir un mundo mejor. No podemos renunciar a eso. Ni podemos hacer ver que no existe dolor y necesidad en nuestro entorno más cercano. Mira a tu alrededor. Elige a alguien que te necesite; uno sola persona; y cuídala. Cada día. Siempre. Se valiente y apuesta por cambiar el mundo de verdad.  No escuches discursos; simplemente hazlo. Somos lo que hacemos, no lo que decimos.

Esta es mi propuesta 2014, 15, 16…para todos vosotros y desde luego para mí mismo.

Os mando un abrazo lleno de optimismo y positivismo; especialmente a aquellos que me leéis desde el otro lado del Atlántico. Tantos kilómetros por medio y tan cerca que estamos!

Salud!

El cinco y el seis: 56!

El próximo domingo, día 30 de Junio, voy a cumplir 56 años.

Cumplir años me encanta por muchos motivos. Probablemente el principal de ellos sería que la peor noticia, evidentemente, es no cumplirlos. Pero no solo me gusta cumplir años porque signifique que sigo vivo; no. Me gusta porque significa que «estoy» vivo; que no es lo mismo.

Estoy vivo porque mi trabajo le da sentido a mi vida. Nada me hace más feliz que ayudar a los demás (bueno, navegar me encanta!) y tengo la enorme fortuna de poder escribir aquí, en mi blog,  que mi trabajo solo tiene ese objetivo. Yo me dedico a esto, porque lo he podido elegir libremente! Me rodeo a diario de personas en y con dificultades de todo tipo; pero me rodeo también de organizaciones maravillosas y demasiadas veces silenciosas, que luchan por ayudarles. Mi trabajo no admite algo tan simple como que yo «siga vivo». Mi trabajo me obliga y me exige «estar vivo». Y es un regalo de Dios!

Estoy vivo porque me rodea una gente fantástica. No hay semana en la que no descubra (descubrir no es conocer) una persona que despierte mi admiración y que me emocione. Cuesta no enamorarse de tanta belleza y de tanta bondad. A veces, no se consigue; me refiero a no enamorarse! Corazón rebelde que cuesta domar!

Estoy vivo también porque mi familia aquí sigue; tras tantas batallas, tantas heridas tristes y tantas  buenas hazañas también. Pero mi familia también son todas las personas que amo en el mundo: Brasil, Filipinas, India, Burkina, Senegal, Níger, Marruecos, Mali, El Salvador, Colombia, Perú, Bolivia, Paraguay, Canadá, Francia, Italia, Holanda, Bélgica… Me doy cuenta de que realmente soy habitante del país de donde existe la gente que amo. Y no me preocupan los idiomas, las fronteras, las banderas, ni los himnos. Mi casa es el mundo y todas las demás valoraciones que no tengan esta amplitud, las promueven personas interesadas, que nada tienen que ver con la gente buena del día a día. Con los anónimos activos. Con el pueblo silencioso. Con la gente que habita el mundo real. Un mundo sin banderas es mi sueño y quisiera vivir otros 56 años para influir en eso. Y luego otros 1.000 por ejemplo. La causa lo merece. Las personas estamos por encima de nuestros dirigentes.

Estoy vivo porque amo. Y mis sentimientos son el oxígeno de mi alma. Ya me importa poco la prensa, el día a día y la miseria de las pantallas de televisión. Amo a las personas y ellas, vosotros y vosotras, me dais la vida y mi fortaleza. Me encanta la humanidad.

Soy un enamorado de la vida. Procuro no quejarme nunca y ver de todos lo mejor. Lo menos bueno no es de mi incumbencia. Me nutro de la bondad ajena, y quien diga que no existe, es porque no sabe buscarla; luego no sabe encontrarla. Mi alma son las personas, como tú que lees esto. Ahora. En este mismo momento. Este «aquí» nos ha unido. Y ya nunca nada romperá este vínculo. Puedes olvidar este texto; normal! Pero ahora estamos juntos. Las personas somos fantásticas y cuando uno encuentra el camino para unirse a los demás y respetarlos como son, entonces ha dado su paso supremo, y ha hallado su propia esencia. Todo se resume en una palabra: amor.

Voy a cumplir 56 estupendos años rodeado de gente tan maravillosa como tú. ¿No soy acaso un afortunado?

Sí!

Salud!

Motos, rivales, amigos, personas…..

Hace varios meses que no escribo nada en mi blog. He estado bastante ocupado, especialmente acabando mi segundo libro, que ya está listo para que otros que saben más que yo, lo corrijan y le den su visto bueno. Ahí andamos, como dicen mis amigos bolivianos.

Pero una buena noticia, llena de cariño, solidaridad, compromiso y caballeroso honor, me ha bastado para decidir que ha llegado el momento de volver a escribir en Sepositivo.com

Quienes me conocen bien, saben de mi afición por el motociclismo. Las motos, la velocidad, y la emoción de las carreras, hacen que yo sea de esos tipos que se levantan a las tres de la mañana para ver en directo el Gran Premio de Japón; o que se acuestan a las tantas, viendo el de EEUU. Y por descontado sigo las carreras europeas. Las motos y los pilotos consiguen ponerme de pie en la sala de mi casa, en bata, en pijama, café en mano,  siguiendo las carreras como si yo mismo estuviera pilotando. Las motos me llenan de emoción.

Pero esta buena noticia, que puedes leer si pinchas aquí, me ha emocionado más que todas las carreras juntas, porque es de las que le da auténtico valor al deporte y a la competición. Sito Pons ha iniciado una campaña para proteger y cuidar a su otrora rival sobre el asfalto, Joan Garriga. Y lo está consiguiendo.

Esta noticia es la demostración del auténtico valor de las personas. Para dar pasos como este, uno debe ser más atrevido y audaz que para adelantar a tus rivales a más de trescientos kilómetros por hora. Uno debe ser un auténtico valiente.

Como me dedico profesionalmente a temas de desarrollo social, me he movido por mi cuenta para poner mi Consultoría a disposición del proyecto que Pons (y ahora ya un montón de personas más) está poniendo en marcha.

Y no me escondo cuando digo alto y claro que me siento bien entre personas auténticas y fieles a sí mismas. Los valores nos hacen imperecederos. Las personas somos increíbles y estamos llenas de bondad!

Salud!

 

Cada lunes en Ràdio4.

La radio es un medio que me apasiona. Me parece fascinante la comunicación a través de las ondas. El juego de posibilidades que la radio ofrece, es espectacular; ocio, música, información especializada, noticias, viajes, aventuras, emociones, solidaridad…. los contenidos radiofónicos no tienen fin y de la mano de profesionales como los que los manejan, la radio es un placer y un regalo para todos nosotros.

Es por este motivo que comparto con vosotros la alegría que me proporciona colaborar cada lunes, durante unos 10 minutos con el programa Entre Hores de Ràdio4, en Barcelona. El espacio lo manejan Paola Cllieri y Rosa de Diego, que son dos profesionales como la copa de un pino y que conducen dos horas diarias de radio con alegría, eficacia e interés.

Soy un afortunado pudiendo colaborar. Mi participación es simplemente para dar mi opinión sobre cualquier tema que me parezca de interés. El lunes pasado hablé acerca del optimismo, y lo colgué la entrevista aquí. Ayer hable sobre la propuesta de reforma del Código Penal que propone el Ministro Alberto Ruiz Gallardón.

Tuve la oportunidad de mostrar y explicar mi rechazo a la propuesta de reforma a través de la entrevista que aquí os adjunto por si es de vuestro interés. (Desde el minuto 4 hasta el minuto 10)

Pero la buena noticia es que cada lunes estaré ahí; haciendo radio tímidamente, pero felizmente.

Iré colgando las cuñas semanales.

Salud!

Falso optimismo.

Pilar Rahola es una periodista que escribe cada día en La Vanguardia. Es conocida por su vehemencia. A menudo insulta sin piedad a quienes no piensan como ella y, a pesar de que escribe muy bien (a mi me gusta su estilo literario), y que coincido con ella en algunas de sus opiniones y puntos de vista (en bastantes, por cierto), en otras, me causa un cierto rechazo su intransigencia y su facilidad para descalificar a cualquiera y hacer una demagogia populista y barata. Estas personas que se sienten tan superiores y con tantas capacidades como para descalificar sistemáticamente a todos los que no comulgan con su ideario, han dejado un triste recuerdo en la historia de la humanidad. Y a efectos de lo que hablamos, una pluma puede ser tan peligrosa  como un arma. Un periodista, como un soldado.

La Sra. Rahola tiene su ideología, como todos, y como tantos otros periodistas de uno y otro color, que escriben a diario sin la necesidad perentoria de insultar al que no mantiene el mismo credo político, religioso, moral o social.

Pero yo no quería hablar exactamente de esto en esta entrada. Quería que se publicara en mi blog un artículo de la Sra. Rahola. En él se puede ver lo que es el falso optimismo. Pilar Rahola hace visita zoológica al «maravilloso mundo de los optimistas». Lo que ella llama, en su habitual tono de superioridad despectiva, «la islita». Dice que va «saltando de isla a isla». Es muy interesante leerlo, porque uno aprende exactamente lo que NO es el optimismo NI la actitud positiva. Precisamente lo que se aprende es cómo una persona negativa entiende y ve el optimismo. Es muy aleccionador porque nosotros, los optimistas, tomamos muy buena nota de lo que NO debe hacerse, y de cómo NO debe interpretarse el optimismo.

Cuánta gente como ella ve el positivismo y el optimismo como una especie de comuna de gente «guais» que hace  «cosas bonitas». Ahora una monjita…. ahora una oenegé… ahora un baile solidario. Lo dicho: una «islita». Un sitio donde refugiarse unos minutos, entre tanta miseria, tanta crisis, y tantos problemas «de los de verdad» que tiene el país (en el artículo se llega a decir que lo de ir de isla en isla, es una especie de «ejercicio infantil»). Y es que no se entiende nada de la valentía que se necesita para apostar sinceramente por el ser humano libre; libre de tanto dolor como el que  tantos medios generan cada día. No. Dijimos que no, y no pensamos transigir. No daremos ni un paso atrás, y seguiremos actuando como personas positivas y optimistas. Ustedes mientras tanto, gasten tinta en dolor. O en visititas zoológicas a las «islitas». Parece que eso sí vende.

Nosotros lo vemos como una forma de vida; como un compromiso para con las personas; como una apuesta valiente para desterrar el negativismo y el insulto permanente. No somos una «islita»! Somos personas que creen en el ser humano. Y como norma, las personas de verdad, las personas valientes y respetuosas, no insultamos a los demás. Al revés, apostamos por ellos.

Salud!