Aunque regresé hace hoy siete días de mi último viaje a Filipinas e India, hasta ahora no he tenido la oportunidad de publicar lo que escribí desde Bombay y Pune. Y es esto:
Estoy admirado y feliz por varias cosas. La primera es que, cuando aún no me repuesto del carácter alegre y bondadoso de los filipinos, ya me he topado con unas personas, aquí en India, que me están impresionando como me ocurrió allí, en Legazpi. La gente es amable, sonriente y trabajadora. Son respetuosos con los extraños y a la vez con sus tradiciones y su propia cultura. En medio de este desproporcionado caos circulatorio que parece ser Bombay, lleno de bocinas y maniobras increíbles, se respira un sosiego y un ritmo propio. Y tanto lo uno como lo otro me hacen sentir muy bien. No oigo las bocinas y, aunque me ha costado más de un susto, me siento relajado y tranquilo.
La segunda es que he tenido la oportunidad de ver trabajar a mis compañeras de Intervida, Anna Barba y Mónica Grau. Anna vive en Barcelona, y, como yo, está aquí por unos días. Es la responsable de India (y también de Bangla Desh) desde nuestra sede central. Yo regresaré ya mañana y ella se quedará otra semana más. Y Mónica vive aquí desde hace casi tres años. Antes trabajaba en otra ONG y ahora está con nosotros. Verlas trabajar a ambas, mano a mano, compartir sus ilusiones y sus temores, y oírlas planificar en equipo, es un lujo que no todo el mundo puede disfrutar. Yo soy muy afortunado, porque lo he podido hacer. Gracias a las dos. Sois estupendas! Con profesionales como vosotras, Intervida seguirá yendo muy bien.
Y la tercera ha sido la hospitalidad. Esta es una característica poco común en nuestro entorno más habitual, y aquí me he sentido muy a gusto en este sentido. Por una parte, en las aldeas y en los slams, con los nacidos aquí. Y por otra en casa de Mónica, que se ha emparejado aquí en Bombay y será mamá en breve. Cenar en su casa una tortilla de patatas con pan con tomate, ha sido un lujo impensable. Pero compartir su tiempo, en su casa, y disfrutar del buen humor ha sido otro lujo de este viaje.
Creo que estaría escribiendo bastantes más cosas bonitas y positivas acerca de India y Filipinas. Pero me quedaré aquí. Es un placer compartirlo con todo aquel que lea este blog. La semana que viene me comprometo a colgar unas cuantas imágenes, también para compartir. Acostumbran a valer más que mil palabras!
Salud!